Es interesante bucear sobre la identidad de la persona. Indudablemente, si de marca personal hablamos, debemos zambullirnos en esas profundas y desconocidas aguas, con pocas y diferentes luces.
Jung (1875-1961) sostenía que uno es la conjunción entre lo consciente y el inconsciente. Pero ese inconsciente, por desconocido, inconmensurable, formaba parte del inconsciente colectivo formado por arquetipos del ser humano (imágenes arquetípicas).
Esta línea, desarrollada por Campbell (1904-1987) fundamentalmente en su obra “El Héroe de las mil caras”(1949), nos muestra la similitud del proceso del héroe (llamado, travesía y retorno y sus subdivisiones) a lo largo de diferentes culturas, tiempos y continentes.
Pearson (1944), avanzando en este camino, desarrolla un trabajo en el que perfila 12 arquetipos y, además, los relaciona con las 3 partes del proceso del héroe.
Pueden estos arquetipos ayudarnos a construir una marca personal?
Si bien puede haber opiniones diversas, es innegable que, como parte de los rasgos de una persona, contribuyen –y mucho, según mi opinión- a develar la marca que puede construirse. Análogamente a la historia atribuida a Miguel Ángel, nos ayuda a descubrir la escultura (marca) que contiene el mármol (en este caso, la persona). Claro que el debate no está cerrado…
Pero ¿es esto lo único? Definitivamente no. La visión de la propia persona (actual y futura), su entorno, el mercado, terminan de aportar los ingredientes con los que se tejen y definen una marca personal.
Pero sin lugar a dudas creo que una marca personal es básicamente (y como toda marca) una historia que debe ser contada fácilmente para lograr lo más deseado: memorabilidad coherente al objetivo buscado por la persona.
Deportistas, políticos, actores, periodistas, altos directivos empresariales. Todos necesitan desarrollar una marca personal. Lo sepan o no. En muchos casos la desarrollan de manera intuitiva. Pero ¿les da el resultado deseado?
En Corporate creemos que un trabajo metódico, estructurado pero con mentalidad abierta, aumentan las chances de éxito. Trabajando “de arriba hacia abajo, de adentro hacia afuera, y con una visión en 360°”