Simple. En que los demás entiendan rápidamente qué hago, cómo lo hago y, más importante, por qué lo hago.
Al entender esto, la gente va a identificarse -mucho, poquito o nada- con mi marca. Porque lo hará desde otro lado. No ya desde el «me gusta/no me gusta», «me sirve/no me sirve» sino desde el «estamos en el mismo sentir o valor/me gustaría estar en ese sentir o valor».
Seamos claros.
Según la RAE, estrategia es: 2. f. Arte, traza (plan) para dirigir un asunto.
Y marca es: 1. f. Señal que se hace o se pone en alguien o algo, para distinguirlos, o para denotar calidad o pertenencia.
Por ende, tenemos que concentrarnos en el arte o plan para hacer que algo nos distinga, denote pertenencia. Y quiero concentrarme aquí en el significado de pertenencia.
Decir que algo me pertenece es decir que, de alguna manera, forma parte de mí. Forma parte de algo.
Y es en este momento que los valores en juego, aquello que motiva por qué hacemos lo que hacemos, deben ser transmitidos para que me conozcan y, así, lograr que los demás se identifiquen conmigo.
Resumiendo: tengo que generar una estrategia para lograrlo. Y su primer paso es preguntarme quién soy, qué quiero y cuáles son mis valores.
Solo transitando este proceso podré generar una marca (personal o corporativa) que diga al mundo que me rodea esto que quiero comunicar. Y así, solo así, encontraré no tan solo clientes sino gente a la que verdaderamente le agregue valor de manera integral. Sean estos proveedores, colaboradores, inversores…o clientes.
Mi abuelo me decía «No solo hay que ser bueno, sino también parecerlo«. En su lenguaje quería decirme: Da fe de eso que hacés y/o creés. Comunicalo. Vivilo de tal manera que se transmita en cada acción. Y decilo. Explicalo para que los demás lo entiendan.
¿Cómo descubrimos quiénes somos, ganamos coherencia y la transmitimos?
Ahh! Justamente a eso nos dedicamos. No dudes en preguntarnos!